Climatología
La provincia de Alicante se sitúa en el contexto climático mediterráneo, y presenta regiones subhúmedas (en el tercio septentrional) y semiáridas (en el resto del territorio). El índice de insolación es elevado (unas 2800 horas/año) y la influencia marítima actúa como regulador térmico.
La compleja y accidentada orografía provincial, junto con el grado de exposición marítima, condicionan la distribución de las precipitaciones, dando lugar a dos áreas climáticas principales:
– La septentrional, con precipitaciones que pueden superar los 1000 mm/año, ligadas en general a cortos períodos de lluvias muy intensas.
– La centromeridional, caracterizada por un ambiente semiárido a sotavento de las borrascas, con valores medios de precipitación inferiores a 300 mm/año.
En ambas zonas, los períodos de lluvias suelen concentrarse en eventos muy intensos, generalmente en otoño, que pueden ocasionar importantes avenidas. Se dan casos de aguaceros de excepcional intensidad que, en el intervalo de unas pocas horas, exceden e incluso duplican el volumen medio anual recogido en los distintos observatorios.
Los contrastes térmicos son notorios en la provincia. La distribución de las temperaturas está condicionada por la latitud, la topografía y la proximidad al mar. Las temperaturas mínimas se registran en la zona de la Alcoia y el Alto Vinalopó (áreas montañosas y tierras interiores más continentalizadas), mientras que en la zona costera entre Torrevieja y Benidorm las temperaturas medias son las más elevadas de la provincia.
Junto a los episodios de avenida, el clima alicantino se caracteriza por la frecuencia con la que se presentan las sequías. Al comparar los promedios anuales de precipitación y evapotranspiración se observa un marcado déficit hídrico que alcanza su máximo hacia el sur de la provincia y disminuye de forma progresiva hacia el norte. Este balance es indicativo de un proceso de aridificación ambiental que afecta a cerca de un 75% de la superficie provincial, y que se traduce en una disminución del desarrollo biológico y un aumento en la demanda de agua para la producción agrícola.
