El Trasvase Tajo Segura ha supuesto, durante décadas, un motor de la economía para la Vega Baja, además de permitir un pulmón verde en la zona que actúa como última barrera frente a la desertización, un elemento de fijación de población rural y una reserva estratégica de alimentos. El nuevo recorte en los caudales trasvasables que ahora se propone, al margen de cualquier otra consideración, causa un daño grave y directo en esta comarca. La sociedad alicantina debe exigir que se mantenga una solución sostenible y viable, desde los puntos de vista ambiental, económico y social.
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